Autor: Leigh
Bardugo
Año de Publicación: 2012
Idioma: Inglés (traducción cortesía de Dark Guardians)
Editorial: Henry Holt and Co.
Sinopsis: Rodeada de enemigos, la una vez gran nación de
Ravka ha sido dividida en dos por el Cerco de la Sombra, una franja de
oscuridad casi impenetrable plagada de monstruos que se dan un festín con carne
humana. Ahora su destino podría descansar sobre los hombros de una solitaria
refugiada.
Alina Starkov nunca ha sido buena en nada. Pero
cuando su regimiento es atacado en el Cerco y su mejor amigo es brutalmente
herido, Alina revela un poder dormido que le salva la vida, un poder que
podría ser la llave para liberar a su país devastado por la guerra. Arrancada
de todo lo que conoce, Alina es llevada a la corte real para ser entrenada como
un miembro de la Grisha, la élite mágica dirigida por el misterioso Darkling
(Oscuro).
Sin embargo, nada en este lujoso mundo es lo que
parece. Con la oscuridad acechando y un reino entero dependiendo de su
indomable poder, Alina tendrá que enfrentarse a los secretos de la Grisha... y
a los secretos de su corazón.
Calificación:
“No soy el tipo de chica que cambia el mundo.”
Mi Opinión:
Este libro anda en boca de unos
cuantos que me lo vendieron como la última coca-cola en el desierto del género
fantasía épica juvenil. Obviamente yo no lo creí, gracias a Dios; pero entonces
leí reseñas de gente de confianza que me invitaron a por fin darle una
oportunidad a esta historia. De forma personal diré que a primera vista el
libro tiene una premisa muy atractiva. No negaré que la sinopsis es muy
intrigante y llamó totalmente mi atención, al igual que su misteriosa portada
la cual está muy genial. Pero, y como siempre tiene que haber un pelo en la
sopa, todo cambia a la hora de empezar a leer sea para bien o para mal. En mi
caso, y entiéndase claramente que sólo hablo de MÍ, de YO-YO, me ha dejado
bastante decepcionada, y eso me sorprende porque realmente le tenía ciertas
esperanzas puestas a este libro.
No quiero ser aguafiestas, he visto
que muchos de ustedes tienen muchísimas ganas de leerlo, y ya que próximamente
la editorial española Hidra lo publicará, tampoco quiero ser negativa en cuanto
a tirarles las ganas o la curiosidad que les ha despertado la novela. Porque
ciertamente a mí me ha pasado, que un libro me encanta y luego a alguien más no
y viceversa. Las reseñas pueden ser muy, muy subjetivas y mucho más si no
tenemos gustos parecidos. Así que de antemano les digo que es simplemente mi
opinión personal de como percibí este ejemplar, por lo cual no voy a
detenerme en ser sincera y darles a conocer mi verdadero sentir. Sabiéndolo de
antemano y quedando todos de acuerdo, continuemos.
Lo que encontré más destacable de este
libro fue lo enriquecido que está de la cultura y folklore de rusia, el idioma,
los términos, y la forma en que está construido el mundo y sus reinos, es
totalmente genial. De hecho, el contexto de la novela es lo que la salva de
todo lo demás que no me ha gustado. El caso de la magia, que aquí se le conoce
como “pequeña ciencia”, y la manera en que está estructurada la sociedad y sus
funciones dan muestras de lo bien pensado que ha estado para Bardugo, porque se
siente muchísima consistencia en ese aspecto. Sin embargo, el caso de la franja
de oscuridad, la verdad es que la autora me queda un poquillo a deber, porque
mi imaginación me regaló algo mejor al leer la sinopsis, que lo que me encontré
realmente. No obstante, no se echa en menos los monstruos que la habitan y el
verdadero origen de toda esa oscuridad, que realza de nuevo la buena creatividad de Leigh
Bardugo. Para acortar, creo que estos son los puntos que resumen la realidad de las tres coronitas en la calificación, porque si hubiese sido alguien menos insensata quizá le hubiese dado dos como mínimo, y ya vamos a ver porqué.
Creo que realmente mi problema
aquí, fueron los personajes. No estoy diciendo que estén mal escritos ni nada,
al contrario, Bardugo narra muy bien, pero sus personajes caen en un círculo
vicioso que a la larga no los hizo entrañables para mí. Alina, la protagonista,
porque ejemplo, sí que no me gustó nada, nada. A ella es a la única que siento
un poco demasiado incoherente, porque siendo huérfana y habiendo llevado una
vida tan dura, era de lo más inútil, quejosa, llorona y a veces tan infantil en
su actitud, al grado de que se me volvía insufrible. No era necesario que fuese
una bad-ass para gustarme, pero hubiera agradecido que al menos fuese más
inteligente, despierta, madura y con menos tendencia a ser ingenua rayando en
la ridiculez, siendo que el mundo en que vivía no era una cama de rosas.
Por los demás personajes, nada que
decir, a excepción de destacar a Mal y Genya, el primero mejor amigo e interés
romántico de la Alina, y la segunda una amiga de la que ella se hace más avanzada
la historia. Ambos son buenos personajes, pero relegados demasiado al segundo
plano en esta primera parte, ocasionando que no lleguemos a ver realmente si
tienen lo necesario o no. Ninguno me conquistó especialmente, pero parecen
tener futuro. Y como último, tenemos al villano malo-maloso, el susodicho Darkling.
Y no, ¡no quedé enamorada del Darkling! Esto de veras me pone a pensar, ¿porque todo
mundo anda por ahí cayendo al lado oscuro al team Darkling? Es decir,
¿en serio? ¿Team Darkling? No lo entiendo, NO-LO-ENTIENDO. El tipo está totalmente
loco, es un psicópata ambicioso de poder que mataría a quien sea por ello. Pero
esto me pone a reflexionar si a las lectoras realmente sólo nos hace falta un tipo
atractivo vestido de negro actuando como el sufrido, para caer redondas; claro,
sin contar con que tenga unos cientos de años, y le falten los mil tornillos
que se le zafaron del cerebro. En el caso del Darkling, desde que empezó el
libro yo no le creí ni la sonrisa, así que fue un total martirio ver como la
protagonista caía como un conejo en la trampa del lobo, cuando hasta en sus
narices el lobo le sacaba los colmillos. Esta parte fue realmente frustrante
para mí como no tienen idea, al igual que verla enfrentar de forma lenta y
absurda los momentos más cruciales en que debió ser valiente y sacar la casta
de la que verdaderamente estaba hecha. Pero ese momento apenas y llegó, y al
contrario de los dos momentos que me parecieron más emocionantes, sólo uno
realmente valió la pena, y eso sólo queriéndole lanzar un trozo de roca en la cabeza a Alina
por haber desperdiciado tanto el tiempo.
También hubo partes muy tediosas, con
descripciones larguísimas en las que la autora se explayó narrando cincuenta
páginas de nada, cuando bien pudo haberlo condensado en veinte. En general, no
sé si realmente me siento con ánimos de seguir esta saga, porque el final no me
provocó ningún entusiasmo, pero ya veremos más adelante. Vuelvo a reiterar que
esto sólo es mi opinión personal, pueden darle una oportunidad si gustan,
porque al menos admito que sí hay cosas que valen mucho la pena, pero la
decisión ya quedará en ustedes. Y mil disculpas que esta reseña al final se volviera un testamento de quejas, pero créanme que no pude evitarlo.
Nos LEEmos ;)