Cuenta la Leyenda: Historia del Libro - parte I

¡Estrenamos sección! Después de una búsqueda exhaustiva en cuanto a qué bendito nombre debía llevar esta sección (gracias a Kingdom-Iris por ayudarme en esa divertida lluvia de ideas ^^), ya por fin nos decidimos por uno, aunque espero con el paso del tiempo no arrepentirme. Este espacio tratará acerca de temas interesantes, algunos tirándole a lo cultural con saborcito académico, y otros un poco locos—inventos nuestros—pero siempre con humor de nuestra cosecha XD.

Así pues, no perdamos más tiempo. ¡Queda oficialmente inaugurada!

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HISTORIA DEL LIBRO – parte I

Desde tiempos muy antiguos el hombre, tan necesitado de comunicación y socializar (bien a lo Gossip Girl XD), ha buscado reproducir los signos o letras. De acuerdo con la UNAM (1997-1999:4) "el primer material utilizado fue la corteza de los árboles. El vocablo 'libro', deriva de la voz latina liber, es decir, corteza secundaria de los árboles". Se dice que los asirios trazaban sus caracteres mediante depresiones practicadas sobre ladrillos de arcilla fresca que luego cocían y que, juntos, creaban su propia clase de biblioteca (mis respetos a esos chicos). Así mismo en la tierra tutankamónica, Egipto, han sido encontrados fragmentos de telas con un diseño multiplicado que revela el empleo de un patrón estampado (reproducción de escritos). En aquel entonces, como lo describe Müller-B., J. (2001:15), "los libros median 20 cm de alto y sus longitudes eran variables", mejor dicho, eran en sí, rollos de la famosa aportación egipcia: el papiro, que hoy en día conocemos como el maravilloso papel.

Claro que los ojillos de rendija, o sea los chinos, fueron quienes imprimieron el primer libro de la historia, por allá del 868 d.C., un recopilado que se llamaba así bien guay: Sutra del Diamante. Pero fue hasta que apareció Johann Gutenberg (llamémosle de cariño Gutty, pa' que nos entendamos mejor), a quien se le atribuye la invención de la imprenta en occidente, que la técnica de hacer libros evolucionó totalmente. Hacia 1438, cuando Gutty tenía cuarenta años de edad, se asoció con dos vecinos ricos de Estrasburgo, a fin de fabricar espejos. Según se dice, construyeron una pequeña prensa con tipos movibles de madera (hagan de cuenta que eran las plaquitas de las letras de la máquina de escribir antigua, pero en madera :D). Después, sus desalmados socios lo demandaron ante la justicia por deudas, obteniendo un fallo a su favor (pobrecillo). Como Gutty no disponía de dinero tuvo que hacer frente a sus compromisos, entregando todo su material tipográfico en pago (nuevamente, pobre, pobrecillo).

Luego de esto, Gutty regresó a su natal Maguncia en 1446, y se asoció con un rico banquero y un hábil artesano. Allí fue cuando imprimió la que es la primera, más famosa y gran publicación editorial de la historia: la Biblia. Se trataba de la Biblia Latina, un libro de 288 páginas impresas a dos columnas y 42 líneas, conocida también como la Biblia de Mazarino, debido a que fue descubierta en la biblioteca del famoso cardenal Mazarino.

Así después, la Biblia sería terminada por unos monos de nombres raros llamados Fust y Schoeffer en 1453, y presentada al público tres años más tarde, ya que Gutty había sido despedido por sus socios alegando ineficiencia y lentitud (en serio que ese hombre estaba salado :S). Luego de esto, Gutty, ya viejo, cansado y más muerto de ham… ejem, es decir, más pobre que nunca, trató de buscar otros apoyos consiguiendo imprimir y publicar el Catholicon, un pequeño glosario que se ha perdido junto con algunos otros libros. El pobre Gutty murió en 1468.

Tomando como punto de partida a los últimos sesenta años del siglo XV que enmarcaron el nacimiento y desarrollo de los elementos editoriales, a principios del siglo XVI se inician tremendas innovaciones en el diseño editorial como normas de composición, ilustraciones y encuadernaciones. Además, es importante tomar en cuenta que muchos aspectos políticos, sociales y religiosos de cada época, han influido a la evolución/retroceso en lo que se refiere a trabajos impresos desde el trabajo tipográfico, hasta la aparición de los libros, periódicos, enciclopedias etc. Eso sí, nadie le discute a Gutty hoy ser tan famoso, aunque él ya no esté aquí para verlo. ¿No dice la gente que un artista vale más muerto que vivo? Ya ven que sí.

C O N T I N U A R Á. . .