Cuenta la leyenda #2: PARA LOS QUE LEEN EN LA COMPU parte I

Me postro a sus pies. Lectores de compu—samas.

Ok, ok, ok. Para empezar quiero decirles que no tenía idea de cómo decirlo; pero la luz de la sabiduría me iluminó y me hizo mostrarlo para ustedes. Para todas l@s chic@s que leen en la compu. Esto va para ustedes: y por favor, cuando terminen de leer (0bligatoriamente, de ley, me dirán como resolver mis problemas, o al menos tips que me ayuden un poco) (apóyenme) comprendan a esta hija de Dios que intenta superarse. Ayuden por favor a un alma pura en pena que vaga por la oscuridad de los pasillos de su casa intentado concentrarse para poder leer en la suprema, mega archirrequete supremísima computadora, laptop.

PRIMERO, les diré como empezó mi problemilla. Verán:

Hace un montón de años atrás, comenzó mi vicio―pasión por la lectura, (novelas, mangas, mitología, y otros) toooodo iba tan bien… (Suspiro) hasta que conocí a PriSS. Mi amiguísima del alma quién también mostraba los mismos síntomas que yo. El síntoma de “Libritis exageralis” o mejor conocido como el síndrome del lector esquizofrénico, como lo bauticé yo. Parecía que mi mundo perfecto era; ah no sé… ¿perfecto?

Pues verán, al principio éramos casi iguales, eso creí yo, nos divertíamos leyendo y comprando libros tras libros para leer. Hasta que un día lluvioso de invierno, cuando los osos polares salen a buscar su comida, y los arboles de llenan de nieve. (Ya me fui muy lejos) como les iba diciendo, al principio creí que ella compartía la misma enfermedad que yo, “Libritis exageralis” y que sólo leíamos “libros de cuerpo físico presente” hasta que un día se me ocurre pedirle que me recomendara un libro para leer. Verán mi sorpresa cuando me dijo lo siguiente:

—Ok, ¿y cómo qué te gustaría leer?
— ¿Cómo cual me recomiendas? — dije mostrando mi sonrisa Colgate.
—Mmm, pues no sé. ¿A ti te gusta el género de terror verdad?
—Sip, ¿Cuál tienes?
—Ven para que los veas — me dijo atrayéndome hacia lo que parecía ser su laptop. Yo, con efecto de carnada que camina hacia su atacante, me acerqué a su territorio - guarida. PriSS abrió una carpeta en su escritorio, luego otra, ok otra más. Una más que decía novelas leídas. Y ¡allí!
Había aproximadamente, los que mis ojitos pudieron contar, que eran más o menos unas setenta y todas. Casi se me cae la mandíbula al piso.
—Aaa, tu, aah, — mirada perpleja (congelada) hice la pregunta más estúpida del mundo. — ¿Has leído tooodas esas? — la miré, ella no me miró y solo sonrió de oreja a oreja para después matarme con una mirada de ¿entonces? Era obvio que las había leído porque la carpeta claramente decía: NOVELAS LEIDAS. (Ay Lizzet de veras)

Estuve en shock postraumática una semana entera, cada vez que miraba a PriSS, sentía que mi enfermedad no era nada comparable con la que ella sufría, (ok, sufre hasta la fecha) Yo, la pequeña inocente e indefensa niña que sólo lee cuerpos físicos, me siento traumada. He hecho de todo, de veras, por llegar a ese nivel que he bautizado como: “Libritis compu exageralis aguda” (Hey priss, ya le puse nombre a tu enfermedad) y la quiero tener también. Contágiame plis.

Oh kamisama. Tú que me has iluminado y llenado mi estante de libros y mi cabeza de guapos galanes de novelas, (ejem) (tos) dime, explícame, respóndeme, contéstame… ¿por qué? ¿Por qué? ¡¡¡Porque yo no tengo ese don de leer en la compu!!!

Juro que he intentado de todo por no quedarme dormida ni adolorida. Me siento en mi sillita frente a la compu intentando llenarme de sabiduría literaria (alias novelas) (tos). Como sea, llenándome de ese poder supremo que es leer una buena historia. Pero por alguna razón que me expliquen los extraterrestres, ¡no puedo! ¡N-o---p-u-e-d-o!

Así comienza la historia:
Empiezo súper mega bien mi lectura. Y les recontrajuro que quiero leer la novela sea cual sea la elegida en ese momento. Todo va bien hasta ahí. Pero luego:
Por alguna razón que desconozco, mi cuerpo misteriosamente empieza a moverse hacia todas direcciones y me desconcentro, además de que mi cuello me duele un montón, y mi silla no es para nada incómoda.
Después de unos segunditos más, cuando ya estoy bien picada en la lectura, ¡mis ojos de halcón me traicionan! Les da flojeritis aguda y luego…
Ejem, como les decía. Cuando al fin la historia se está poniendo buena, me da por levantarme y estirarme un poco, luego todo me duele. Misteriosamente miro la compu y esta me acosa visualmente y me incita a volver con ella. (Soy una masoquista, lo sé, y ahí voy yo de nuevo) vuelvo y diz que sigo leyendo. Pero en cuanto intento seguir tecleando para continuar con la lectura, noto una extrañísima sensación; a mis dedos les da artritis reumatoide intensa y se niegan a seguir tecleando.
Después de eso no recuerdo más, y me pierdo en el espacio de la incertidumbre.

Por eso chic@s. ¡Quiero poder leer en compu como muchos de ustedes! Les dedico esta mini historia de la vida real caso: “el mío” para que sepan que yo soy su fan. Fan de todos aquellos que si pueden leer en la compu sin cansarse como yo. Por favor, apiádense de esta pobre alma que busca superarse día con día en busca de la sabiduría divina de las novelas. Mientras tanto, seguiré intentando hasta superarme como ustedes, y espero que muy pronto pueda estar ya a su nivel y leerme unas mil en un año. GRACIAS :P
Y no me despido, solo les digo, hasta la próxima. ¡Y déjenme un comentario! De la manera más cordial y sincera, se los pido. Gracias de nuevo.